Contenido principal
El Virus y el Miedo (Pr. Edgardo Iourno)
10/04/2020
En un reciente artículo de la Revista Adventista en inglés, el historiador Michael Campbell relata que la pandemia más mortal en la historia moderna: la mal llamada gripe española de 1918-1919. Las estimaciones más conservadoras indican que murieron más de 50 millones de personas. Otro historiador, John Barry, un destacado experto, rastreó el comienzo de la epidemia hasta las zonas rurales de Kansas. La facilidad del transporte moderno, especialmente los ferrocarriles estadounidenses, le dio al virus un viaje gratis, ya que se infiltró sigilosamente en pueblos y ciudades de todo el mundo.
Lo que hizo que esta pandemia en particular fuera tan desconcertante fue el hecho de que estaba dirigida a los jóvenes y saludables. Las personas podrían morir dentro de las 24 horas posteriores al inicio de los primeros síntomas. Los hospitales rápidamente se abrumaron. La gente literalmente murió de hambre cuando amigos y vecinos se apartaron de ellos por el miedo de llevarles comida. En algunas ciudades, los cuerpos fueron apilados en casas, porches y en las calles, y se cavaron fosas comunes a medida que aumentaba el número de muertos.
Debemos estar agradecidos de que esta nueva pandemia nos encuentra con un alto grado de organización social y de avance de la ciencia. De todas maneras, cuando se impone el miedo, no hay explicación que alcance para quitarlo.
Aquellos que confiamos en Dios podemos estar a salvo del miedo, aunque enfrentemos situaciones delicadas. "Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y cobra aliento" (Dan. 10:19 R95) Dios nos ama en todo tiempo, nos da paz en todo tiempo, nos alienta ante cada dificultad y nos ayuda a continuar el esfuerzo que sea. Sigámonos esforzándonos por aportar nuestro granito de arena en la superación de esta crisis global. Sin temor, sino con responsabilidad.